La escritura es algo que nació por la necesidad de comunicación y del registro de hechos históricos. Además, juega un rol fundamental en la evolución de los humanos y la sociedad.
El escribir nos permite procesos creativos, artísticos e íntimos. Hoy veremos cómo la escritura puede ser crucial en un proceso terapéutico, y algo asequible, fácil de hacer, en donde no necesitas habilidades específicas para disfrutar de sus beneficios.
El pensamiento es un lenguaje caótico y muchas veces llega a desbordarnos. El escribir nos ayuda, además de expresar, a crear un diálogo con nosotros mismos que nos permite entendernos mejor. Plasmar los pensamientos en un papel es materializarlos. Esto ayuda a contrarrestar la velocidad del pensamiento, a poner distancia con aquello que nos preocupa y nos posibilita estar en contacto con nuestro mundo interno de una manera más clara. A diferencia de un diario común en donde relatamos nuestras vivencias, aquí reflexionamos sobre ellas y sobre cómo nosotros/as nos sentimos en las mismas. Esto puede ser desde un desahogo, o algún diálogo interno, entre un sinfín de cosas. Incluso, hay veces en que no entendemos por qué nos sentimos mal en algún momento, y en nuestra vida pasamos desapercibidos patrones que lo explican. Es, a través de la escritura, que nos podemos dar cuenta y trabajarlo.
Debes encontrar un lugar en donde te sientas cómodo/a. Para motivarte, puedes personalizar tu diario y puedes empezar escribiendo el por qué lo estás haciendo. La idea es crear un hábito para que se logre después poder notar los beneficios que esto trae.
¿Tienes ganas de escribir sobre algo? Escríbelo, pero a tu ritmo. Luego, reflexiona sobre ello, explora cómo te sientes, qué emociones y sentimientos te llegan y lárgate a escribir. Recuerda, siempre a tu ritmo. Luego de que hayas terminado, puedes releerlo y escribir un breve resumen sobre ello. Un detalle que puede ser importante es escribir la fecha, esto ayuda a poder localizar patrones en caso de ser necesario.
A la hora de escribir, no te prives de nada. Esto es íntimo, sólo para ti. No debe darte vergüenza ni nada por el estilo; con esto lograrás ser más auténtico/a y no buscar el reconocimiento.