Debido a que las personas con baja autoestima no se sienten con un valor suficiente, capaces o seguros de sí mismos/as, se genera una percepción de que el resto es mejor. Esto genera finalmente una comparación, la cual no ayuda, sino lo contrario, alimenta el sentimiento de inferioridad. La realidad es que compararse con otros nunca es bueno, ya que todos/as somos únicos/as y poseemos distintas fortalezas y habilidades. Si bien es fácil leer aquello y encontrarlo verdadero, lo difícil es ser realmente conscientes en todo momento de que no debemos compararnos. Es una tarea que requiere práctica ya que, además, vivimos en una sociedad que educa a la comparación. Pero una vez se sienta el pensamiento, se puede disfrutar de una mayor calma y notar los frutos de aquello.