Los límites son líneas invisibles que se establecen con las personas, ya sea la familia, pareja, amigos, compañeros de estudio o trabajo.
Saber establecer límites sanos puede sernos de gran ayuda en esos momentos en que nos abruma el malestar emocional, ya que permite detenernos a pensar, cuestionarnos sobre ello y establecer qué está bien dejar que nos afecte tanto y qué no; teniendo así mayor claridad acerca de cómo afrontar las problemáticas de la vida de una manera más sabia, lo cual nos ayudará a llevar una vida más plena. Y no solo eso, sino que también nos permitirá clarificar nuestra identidad y valores.
Hay que tener claro que establecer límites sanos es un tipo de habilidad que requiere tiempo y que se adquiere con práctica, ya que se debe ser asertivo al defender y mantener nuestros derechos cuando las situaciones son injustas o bien nos afectan en cuanto a bienestar emocional. Hay varios factores que pueden llevarnos a no seguir el camino de la asertividad, por ejemplo, la historia de aprendizaje que hemos tenido, la cual tiene un factor social potente. Otro ejemplo sería, la falsa creencia que revindicar nuestros derechos implique menospreciar a los demás llenándonos de sentimientos de culpa.