Muchas veces llegan a nuestra consulta padres que se están separando y que no saben como decírselo a sus hijos o tienen dudas sobre cual es la mejor forma para regularizar las visitas, si es que tener semana por medio o 4 y 3 días a la semana con cada padre.
No te presiones demasiado por intentar tener todo en calma y en paz, obviamente nuestros hijos no deben ser expuestos a peleas o a malos ratos con sus padres, pero si no lo pudieron evitar y los vieron discutir, ya no hay nada más que hacer.
Solo queda tener una conversación posterior con ellos donde les piden perdón por haberlos hecho pasar ese mal momento, pidiéndoles perdón y explicándoles que lo que más quieren es llevarse bien, pero que eso requiere tiempo para adaptarse a la nueva situación familiar.
Aunque en este difícil momento sientas que tu ex es lo peor del mundo, que no se interesa por su hijo o hija, y a lo mejor solo envía la plata de la mantención.
Nunca debes contarle esto a tu hijo, solo debes dejar que en la medida que crezca se vaya dando cuenta, por sí mismo o misma.
Cuando un padre o madre habla mal del otro, crea en los niños una confusión enorme sobre la lealtad y los sentimientos que debe tener hacia sus dos padres, estos los pone inestables emocionalmente, ya que no saben como reaccionar.
Es demasiado importante el orden del tiempo que los niños pasarán con ambos padres.
Nuestros pequeños deben saber claramente cuando se deben ir con el papá o la mamá. Si no lo saben y es algo espontáneo que se da de un rato para otro, les crea ansiedad, por qué no tienen tiempo para adaptarse al nuevo ambiente, esto potencia el rechazo hacia su madre o padre y nos los ayuda a llevar de mejor forma la separación.
Te recomendamos que puedas realizar un calendario con la foto de los padres en cada día que tu hijo le toque estar en cada casa. Si tu hij@ es adolescente, también pueden tener calendarios compartidos en su celular o computador.
Cuando un niño debe estar moviéndose constantemente de un lado para otro, es inevitable que surja una inestabilidad emocional que es perjudicial para su desarrollo, si es que no se elabora de buena forma. Tu responsabilidad como padre es otorgarle todas las herramientas para que este viaje de una casa a otra sea lo menos invasiva posible.
Para esto, es crucial que ambos ambientes sean lo más parecido posible, si en una casa tiene un cepillo de dientes rosado y pasta de niños, en la otra casa lo mismo. Que las piezas y las camas en donde duerme tengan el mismo color y ojalá olor, lo que también les ayudará mucho. Esto, porque cuando las condiciones físicas no cambian tanto, los niños no deben utilizar tantas de sus habilidades emocionales para adaptarse a una casa u otra y esto los permite estar más tranquilos.