Todo nuestro funcionamiento diario se basa en emociones, todo lo que hacemos, lo que hablamos, una reunión en el trabajo, como te miró o te habló el chofer del taxi al que te subiste en la mañana, o la cajera que te vendió el café después de almuerzo… todo eso te provoca una emoción que puede quedarse por mucho tiempo en tu interior o puede ser pasajera. En cualquiera de estas opciones, siempre necesitas botar y canalizar estas emociones que van fluyendo en tu cuerpo, para que se renueve tu energía y puedas estar disponible emocionalmente para un nuevo día. Recuerda que si no botas tus emociones diarias a través de ejercicio o meditación o una junta con tus amigas, estarás ocupando tu lugar psíquico y saturándolo cada vez más.