Los celos son una respuesta emocional bastante habitual y unas de las más complejas. No sólo los humanos pueden sentirlas, sino también ciertos animales. Esta sensación viene del temor de perder algo que se valora y se quiere, pero también está compuesta de emociones como la ira y la tristeza. Existen distintos tipos de celos y variadas causas, dependiendo de factores que están relacionados a los procesos cognitivos de cada individuo, al ámbito cultural y social de cada uno. Ahora bien ¿Cómo saber si mis celos son “normales” o patológicos? Para ello se debe distinguir lo siguiente:
Celos “Normales”
Celos Patológicos
Se experimenta un miedo puntual y transitorio ante la posibilidad de sentirse abandonado/a por la pareja.
Son emociones y sentimientos adaptativos que se activan para proteger la relación cuando se siente amenazada.
Cuando existe un estado permanente de vigilia, se ejerce o se desea ejercer un control intenso hacia su pareja y se realizan interpretaciones distorsionadas de la realidad.
Conductas de cuidado y cortejo se vuelven permanentes por la constante percepción de amenaza y se vuelven intensas e intrusivas.
En el caso de los celos patológicos, existe una ausencia de una causa real que sea desencadenante, además de una extraña naturaleza de las sospechas y un intenso sufrimiento individual a partir de estos pensamientos. Estos celos son intensos en la reacción emocional de la persona, e interfieren en la cotidianidad de su vida.
Las causas de los celos patológicos suelen ser una inseguridad propia y baja autoestima, la cual puede tener diferentes orígenes como su sistema de crianza, experiencias sentimentales traumáticas previas, características personales o la concepción que se tiene sobre el amor romántico y las relaciones de pareja.
Las consecuencias de los celos las vive tanto la persona que los siente, como su pareja. Por lo que es importante ser conscientes de las emociones y pensamientos de uno mismo. Los celos son algo que todos sentiremos alguna vez en la vida, y cómo los trabajemos hará la diferencia.
Sugerencias para el cambio
Aceptar que los celos están influyendo en tu manera de percibir el mundo y las relaciones.
Reconocer qué emociones nos producen los celos y trabajarlas.
Trabajar en qué están causando los celos (a nivel interior, no exterior)
Trabajar en nuestra autoestima
Revisar experiencias tempranas de nuestros vínculos
Realizar esto con ayuda de un profesional de la salud mental.
Los celos patológicos son tratables, pero ellos implican esfuerzo por quienes desean cambiar. Tratados de forma correcta puede llevar a la persona a un crecimiento personal que traiga confianza y seguridad.
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