La culpa es un sentimiento que hemos experimentado todas las personas a lo largo de nuestras vidas, y se expresa a través de una reacción subjetiva de malestar ante un estímulo interno u externo de haber hecho algo malo, de ser mala persona, de infringir la ley, entre otras cosas. A diferencia de las emociones básicas como la alegría, el enojo, o la tristeza, la culpa, esta es una emoción social que se va aprendiendo a lo largo de la vida y se va formando de acuerdo con el entorno familiar y cultural, además del significado experiencial propio que le da el individuo.
Tanto situaciones imaginarias como reales son capaces de provocar culpa y, si bien sirve para adaptarnos a la sociedad, también en exceso puede ser perjudicial para nuestra salud.